MÁS TECNOLOGÍA, MENOS COSTOS

Un adulto mayor, pensionado de la empresa embotelladora para la que trabajaba en Centroamérica, se cansó de estar en casa. El hombre pidió a su antiguo empleador que le permitiera hacer alguna actividad dentro de la planta de la compañía para pasar el día. En una oportunidad, después de una noche lluviosa, el voluntario se ofreció a medir el combustible de un tanque móvil con una vara de dos metros. Sus zapatos húmedos y la superficie mojada del tanque causaron que el adulto cayera desde una altura de dos metros y medio. Una fisura de cadera y una fractura de hombro obligaron el retiro de las actividades que hacía. Sin embargo, la embotelladora tuvo que pagar miles de dólares por las lesiones.